Susana Díaz, presidenta de la Junta de
Andalucía, propuso este último domingo que los estudiantes universitarios de
dicha Comunidad Autónoma puedan pagar las matrículas en diez plazos y que
tengan acceso a becas específicas para el título B1 de idiomas y por excelencia,
además de que puedan cobrarlas antes que las del Estado (que, por desgracia,
están acostumbrándose a ser abonadas demasiado tarde) con fondos de la Junta de
Andalucía.
El Frente de Estudiantes Sindicalistas
(FES) nunca criticará las propuestas y medidas encaminadas a facilitar el
acceso a la universidad de todas aquellas personas que se lo hayan ganado por
mérito y capacidad; en este caso, no hay duda de que una matrícula
universitaria, en la actual situación de crisis económica que sufrimos la gran
mayoría de los españoles, será mucho más asequible de pagar en diez plazos que
en la mitad o menos. No obstante, tenemos muy presente que Susana Díaz ya lleva
año y medio presidiendo la Junta de Andalucía y, hasta ahora, nosotros al menos
no conocíamos esta propuesta suya, que ha venido a salir justo en el comienzo
de la precampaña electoral para unas elecciones autonómicas que podrían suponer
un duro golpe para el Partido Socialista Obrero Español de Andalucía (muy
desacreditado y salpicado por los diversos casos de corrupción institucional de
los que llevamos oyendo hablar desde hace varios años).
Que Susana Díaz juegue con las ilusiones
y el futuro de los estudiantes andaluces no es nada nuevo. Los politicastros de
este sistema demoliberal viven precisamente de hacer promesas en vísperas de
los comicios electorales y Susana Díaz no iba a ser menos en prometer ahora lo
que podría haber hecho ya gracias a los medios institucionales con los que
cuenta. Pero los militantes del FES, con nuestros escasos medios y sin renunciar
a nuestro espíritu crítico, continuaremos denunciando este tipo de conductas
para que los estudiantes españoles den la espalda de una vez por todas a este
régimen corrupto. Nuestra educación y nuestro futuro no son temas que deban
debatirse a la ligera ni estar sujetos a los vaivenes electorales.