sábado, 23 de mayo de 2015

No hay solución ni en la derecha ni en la izquierda


Ceder competencias educativas a las Comunidades Autónomas ha sido un gran error. Así lo denunciaron los militantes nacionalsindicalistas que nos precedieron y, viendo los resultados del sistema educativo actual, tenemos que darles la razón.
Pero lo grave no es sólo carecer de un proyecto educativo y nacional que inculque a la juventud los valores que tanta falta le hacen, sino que además se entrega algo tan importante como la formación de nuestros jóvenes a colectivos abiertamente contrarios a la existencia de España y a lo que representa.
Todos los gobiernos de este régimen constitucional han dado a los separatistas periféricos un arma muy poderosa que, como era de esperar, ha sido y será siendo utilizada en contra de España y de su unidad. Quizá el caso más evidente sea el de Cataluña, que en los últimos años ha tenido más repercusión mediática; pero mucho nos tememos que en Vascongadas y en otras regiones también ha hecho mella esta decisión suicida del Estado español.
Hay quien esperaba que la derecha del Partido Popular revertiera este proceso. Pero los mismos que hace años lamentaban la retirada de crucifijos católicos de los colegios públicos han permanecido en silencio mientras se introducía una asignatura de religión musulmana en nuestros planes de estudios.
Tal y como sabíamos, no hay soluciones en la derecha como tampoco las hay en la izquierda. Ésta, o la caricatura en que se ha convertido, ahora está más preocupada de inculcar a los niños los valores burgueses del aborto y del mal llamado matrimonio homosexual que de fomentar el espíritu crítico de los estudiantes.
Tenemos muy claro que no hay una solución posible para España dentro de este régimen ni con la clase política que actualmente la gobierna. No somos agoreros, sino realistas: todas las leyes educativas que impulsen los gobiernos del régimen constitucional serán estériles. España necesita que la competencia educativa le sea arrancada de las manos a los separatistas antiespañoles y a todos aquellos indiferentes al proyecto nacional que deberíamos defender. Y para que sea posible un nuevo proyecto educativo y nacional es imprescindible cambiar de Estado y, sobre todo, de mentalidad.
Queremos despertar conciencias y reivindicar que otra España es posible. Como estudiantes, queremos llevar el ideal nacionalsindicalista a los jóvenes que en el mañana (si se les permite) tendrán que luchar a diario para sacar adelante este país.

Ahora es tu decisión optar por el cambio que propone nuestra España joven y revolucionaria o continuar bajo el yugo de quienes han hipotecado y seguirán hipotecando nuestro futuro. Si no te resignas, si no te conformas con la mediocridad que pretenden imponerte, tienes un puesto en el Frente de Estudiantes Sindicalistas.